Colonización
espiritual en la colonia de América Latina
Desde
los comienzos de la época de la Conquista, los sacerdotes venían dispuestos a
evangelizar a los indígenas y convertirlos al cristianismo, con lo que se
cumplía el fin espiritual de la colonización.
En
un principio, los sacerdotes que se radicaron en lo que hoy es Bolivia fueron capellanes de ejército, que incluso
tuvieron que participar en combates más de una vez. Más tarde, se dedicaron a convertir a los
aborígenes sometidos tras dichas guerras, y otros fueron misioneros en nuestras
tierras sometiéndoles a la fuerza y adoctrinándolos sin clemencia alguna, a tal
extremo que fueron destruyendo los centros ceremoniales de los incas y en lugar
de ellos construyeron iglesias católicas.
La
institución religiosa tuvo un papel muy importante en la colonización americana,
especialmente en Bolivia. Los Reyes Católicos y sus sucesores estuvieron
obligados a promover la evangelización y constituyeron un Patronato Real sobre
la Iglesia, por el que se aseguraba la retribución (remuneración) del clero, la
construcción de iglesias, catedrales, conventos y hospitales. El clero también
percibía en muchos casos el tributo del indígena y disponía de haciendas
trabajadas mediante encomendados, esclavos indígenas o asalariados.
Órdenes religiosas
El
clero, en esta época, comenzó a aumentar considerablemente. Para la Corona era
mucho más fácil "dar el pase a América" a las órdenes religiosas y no
a muchos sacerdotes en forma individual.
Los
dominicos y los franciscanos comenzaron una labor misionera cerca de los
pueblos indígenas utilizando la persuasión para convencerlos, aunque también
existían algunos evangelizadores que solo vinieron a hacer fortuna a América.
Los
franciscanos fueron uno de los primeros en llegar, pero además de estas órdenes
aquí se encontraban los agustinos, los mercedarios y los jesuitas. Estos
últimos, conquistaron la extensa región de los chiquitos y moxos, incursionando
la música como método terapéutico, acompañando las manufacturas en la madera y
la cría de ganado, de alguna manera fueron estos quienes ejercieron menor rigor
a la hora de la evangelización.
Antecedentes y consecuencias de la
colonización española en lo espiritual (Religión)
No cabe
duda alguna que el propósito de la conquista española fue la de evangelizar.
Pues los
sacerdotes tenían la misión de enseñarles a la práctica de la fe cristiana, a
todos los colonizados muchas veces incluso a la fuerza, destruyendo a sus
templos, prohibiendo sus ritos y costumbres lo cual no tuvo mucha acogida entre
los indígenas pero si ya lo tubo años más tarde en los criollos quienes eran
producto de la mescla que se produjo entre españoles e indias, ellos más que
apoyar a sus raíces se inclinaron por las costumbres de los europeos y así se
creó un sincretismo religioso naciendo muchas veces costumbres nuevas o
modificadas con las de sus madres como por ejemplo las famosas ch`allas y k`oas
que sirvieron para adorar a los santos y vírgenes que fueron introducidos.
Extirparon de esta manera idolatrías castigando a los que seguían las creencias
y tradiciones de los indígenas
La
iglesia en la Colonia
La iglesia católica fue la institución que más riqueza acumuló en bienes rurales y urbanos. Ésta fue la encargada de transmitir la cultura española a los indígenas. Las comunidades religiosas enseñaron el idioma y costumbres y lentamente unificaron una gran parte de la población indígena que se comunicaban en diversas lenguas y poseían diversas creencias bajo el castellano y la fe católica.
La evangelización fue realizada en un comienzo por los Franciscanos, los Agustinos y los Dominicos, después con el Concilio de Trento, llegaron los Jesuitas, quienes educaron a las tribus, pues deseaban alcanzar el desarrollo de las comunidades indígenas y, a diferencia de los demás, no usaron la fuerza para dominarlos. Además el trabajo se hacía colectivamente, y esto produjo gran rendimiento y calidad. "La labor de los jesuitas se convirtió en el primer intento americano de capacitar a los aborígenes para que pudieran competir y estar en igualdad de condiciones con los europeos."
La iglesia católica fue la institución que más riqueza acumuló en bienes rurales y urbanos. Ésta fue la encargada de transmitir la cultura española a los indígenas. Las comunidades religiosas enseñaron el idioma y costumbres y lentamente unificaron una gran parte de la población indígena que se comunicaban en diversas lenguas y poseían diversas creencias bajo el castellano y la fe católica.
La evangelización fue realizada en un comienzo por los Franciscanos, los Agustinos y los Dominicos, después con el Concilio de Trento, llegaron los Jesuitas, quienes educaron a las tribus, pues deseaban alcanzar el desarrollo de las comunidades indígenas y, a diferencia de los demás, no usaron la fuerza para dominarlos. Además el trabajo se hacía colectivamente, y esto produjo gran rendimiento y calidad. "La labor de los jesuitas se convirtió en el primer intento americano de capacitar a los aborígenes para que pudieran competir y estar en igualdad de condiciones con los europeos."
Las órdenes
religiosas que llegaron primero a la colonia fueron las de los franciscanos,
los dominicos y los agustinos. Entre los misioneros había ideas distintas sobre
la forma de convertir a los indígenas. Unos pensaban simplemente en destruir
los templos, prohibir los antiguos rituales y castigar a quienes insistieran en
practicarlos. Otros creían que era necesario convencer a los indígenas mediante
la prédica y el ejemplo; para lograrlo deberían conocer la lengua y las
costumbres de cada pueblo y tratar humanamente a las personas.
Los sacerdotes de alguna manera fueron protectores
de los aborígenes de los abusos que cometían los españoles hacia ellos, fueron
quienes adoctrinaron como función principal, con el propósito de salvar almas
de quienes estaban desposeídos de la palabra de Dios, enseñaron varios oficios
y educaron a quienes eran afortunados, puesto que la educación era clasista y
discriminatoria.
En la
independencia de Hispanoamérica (1808-1825), los dos bandos realistas y
patriotas buscaron
el apoyo ideológico y económico de la Iglesia católica. Desde el principio la
mayor parte de la jerarquía eclesiástica apoyó la causa realista. Bajo el
patronato real (que tenía su origen en las concesiones pontificias hechas a los
Habsburgo en el siglo XVI, reforzadas en el XIII por el regalismo borbónico),
los obispos eran elegidos por la corona, y por ello, en cierto modo, le
quedaban subordinados. La inmensa mayoría de ellos procedían de la península,
se identificaban con los intereses de España y se daban cuenta de la amenaza
que la revolución y la ideología liberal significaba para la preeminente
posición que ocupaba la Iglesia.
Con el transcurso de los años, la guerra se hizo más sangrienta y polarizó a la gente en la nación. Muchos de los moderados se unieron a los liberales, convencidos de que era necesario acotar el gran poder económico y político de la Iglesia Católica.
Con el transcurso de los años, la guerra se hizo más sangrienta y polarizó a la gente en la nación. Muchos de los moderados se unieron a los liberales, convencidos de que era necesario acotar el gran poder económico y político de la Iglesia Católica.